sábado, 14 de enero de 2017

Él no eres tú

Quiero dejar claro que no has sido el primero en llamarme preciosa y seguramente no seas el último, tampoco has logrado erizarme la piel ni hacer que mi corazón lata mas rápido de lo normal.

Yo ya tuve a mi primer amor, ya he sentido todo lo que tu vas a intentar hacerme sentir, vas a querer mensajes de buenos dias todas las mañanas, besos que me dejen con la respiración entrecortada, vas a querer ser prontagonista de mis sueños y culpable de algun que otro insmonio, pero cariño, yo ya no siento nada de eso, lo siento, pero las culpas al último que dejó su herida, demasiado profunda, en mi pecho.

Ahora vendras y despues de todo lo que te acabo de decir querrás ser salvavidas, ese chico que hace que olvide todo lo demás, pero tengo que decirte, que a una chica rota como yo, no se le conquista, se la entiende y acepta que nunca voy a sentir nada parecido a lo que sentí un dia por él.

Y a él, no me refiero a ti ni a los que vendrán después, a mi ya me han roto el corazón una vez y te puedo asegurar que no es bonito, duele demasiado. Quizá dolió tanto porque yo era toda inocencia y no vi el daño hasta que la herida sangraba, no sé, quizá fueron las ganas de que se quedara para siempre, no sé, lo queria demasiado para dejarlo ir.

Supongo que despues de todo, vas a seguir intentando salvarme, la esperanza es lo último que se pierde no?, vas a seguir llamandome preciosa y a creer que contigo su nombre son solo vocales.

Buena suerte con ello.

viernes, 13 de enero de 2017

Otra vez el miedo haciéndome temblar

Me hubiese gustado explicarte tantas cosas desde que te fuiste, lo sé, lo hize mal, bastante me lo repito delante del espejo todos los dias, pero la combinación del miedo con mi grado de locura nunca a sido algo bueno.

Solo quiero que sepas que sigo aqui, que sigo recordando nuestra ultima conversación y se me escapan algunas lágrimas, estabas tan enfadado. También quiero que sepas que ya no hablo con él, que dejé de hacerlo cuando tu nombre fue mi último suspiro.

Te escribo porque creo que es lo último que me queda ya por hacer, no cojes mis llamadas, te has ido de mi mundo y ahora ni siquiera te encuentro por las calles, así que aquí estoy, por si te diera por leerme.

Quiero decirte que sigo levantandome temprano por si llegas pronto de trabajar y tengo que prepararte el café, lo preparo, pero ahora me lo tomo sola y frío. Sigo con la manía de llamarte cuando estoy aburrida y quiero hablar con alguien, pero ya no contestas. Sigo escribiendo y borrando y escribiendo y borrando una disculpa que nunca me parece del todo buena. Sigo paseando por las mismas calles, tomando la cerveza de las cinco en el bar de siempre, quedando con mis amigas y hablando de la vida.

Lo siento, simplemente lo siento por todo, por la cicatriz que llevas en el pecho con mi nombre y que todavía dices que duele, por acordarte de él cada vez que me miras a los ojos. Lo siento por creerte mis mentrias cuando pedias la verdad, por ser egoísta y pedirte que no te fueras, por intentar excusarme en un mal momento.

Y aquí está otra vez el miedo haciendome temblar.

Calma niña

Ya me lo han dicho varias veces, cariño, no estoy echa para esto, vienes, me dices cuatro palabras bonitas y yo me las creo, así, sin más, sin pensarlo dos veces, sin ponerte en duda.

No estoy echa para ti, por que te llamo verdad cuando sé que mientes, por que sigo aqui incluso cuando te vas, me ves las cicatrizes y no eres capaz de preguntarme si me duele, y mira que me lo advierten, que no te mire a los ojos, por que no veo los tuyos, me veo reflejada yo y me siento segura.

Supongo que ese es el problema, que cuando me pierdo vuelvo a ti, cuando tengo miedo y me dices que todo va a ir bien, te creo, incluso cuando es de ti de quien deberia irme. Pero me hablas tan tranquilo, con tanta dulzura, que cada vez que mi mente me dice que no, yo te respondo que sí.

Y cuando me dueles y todos siguen diciendome que no me mereces les hablo de tus clavículas, de la forma en la que me escondo en ellas, tambien les explico sobre tus pestañas, en como me columpio de ellas, les digo la forma que tienes de mirame y la sonrísa, tambien les hablo de ella, de lo que me produce.

No estoy echa para esto, me sigo mirando al espejo y te veo a ti cariño, pero tambien los escucho a ellos, y luego estoy yo que todos los dias me digo lo mismo. "Calma niña, algun dia todos sabran de tu locura y como estas echa para todo lo que te venga".

lunes, 9 de enero de 2017

Siempre a la misma hora

La conoce suficiente para saber que hoy, se ha perdido, la conoce y sabe como calmarla y hacerla sonreír.

Yo, simplemente los miro desde el otro lado de la ventana, hacen poesía juntos, no saben que hay alguien que sige escribiendo su historía dia a dia. Si los vierais como yo los veo, son preciosos.

Tienen las arrugas de años y años sonríendo, seguro que algunas tambien serán del tiempo o de ganas de llorar. Tienen, cada uno, un brillo distinto en la mirada, él tiene unos ojos tan bonitos, del color del cielo, ella tiene el reflejo de él en sus pupilas.

Se sientan juntos en un banco que hay en el parque de la esquina, a la misma hora siempre, hablan de la vida supongo, de los nietos que nunca han tenido, de los hijos que les hubiese gustado tener. Sonríen cuando ven a una pareja mas joven comerse a besos al otro lado del parque, se miran cómplices, ahí hay demasiada historia.

Llega un momento, ya bien entrada la noche que ella se pierde, mira hacia ninguna parte y las comisuras de sus labios dejan de sonreír. Él siempre se da cuenta, la coje de la mano y la besa, le susurra palabras que nunca llegare a escuchar y ella se rie.

Si escucharais su risa, estoi segura que alguien ha hecho música con ella.

Se levantan, miran enamorados a la misma dirección, a una niña pequeña que les saluda y les dice adiós, que mañana a la misma hora donde siempre, en sus sueños.