Creo que nunca os he hablado de él, sí, sé que muchos versos van dirigidos a ciertas personas, pero para él necessito tener mas valor del que tengo, menos dolor del que siento, mas agallas para escribirle, menos miedo para que no os enamoreis de él, porque si lo vieraís dudaria mucho de que no lo hicieraís.
Creo que es hora de escribir sobre como me enamoré de un imposible, de una sonrísa que lo único que provoca son cicatrizes, de él, mi pequeña destrucción.
Sabeis ya, por tantos versos que no soy una plena fan del amor, ni siquiera creo en él, pero hubo un tiempo en que sí lo hize, quizá por eso ahora sea tan arísca.
Lo conocí a principios de verano, era tan inocente, me miraba y a mí se me olvídaba el mundo, me lo presentaron por un nombre, pero en mi mente ya era el amor de mi vida, ningún nombre le quedaba si no era ese. Lo hize mi persona favorita, la persona con quien soñar, mi confidente, alguien para contarle sueños y miedos.
Todo fué tan rápido, las risas que llevaron a los besos, los besos que llevaron a la pérdida de mi inocencia, la inocencia de su mirada, su mirada fija en otras, otras viníendo y yendo. Las discusiones que siguieron a las mejores reconciliaciones, un corazón roto y otro hecho añicos, la obsessión por salvar mis rotos, la adicción de su tacto.
Todo el mundo me dijo que nosotros eramos tóxicos, pero mi mundo era él, y él me decia "te quiero" tan bonito que lo demás se me olvidaba.
Asi que como podeís comprobar estoy sin él, y duele tanto, pero a veces, lo necessario duele, él dolía.
Ahora os escribo porque se lo merece, yo tampoco fui tan santa, creo que si el contara su historia veríais una cara muy fea de mí, algo que no quiero versaros todavía.
Supongo que soy demasiado cobarde para enseñaros mi lado malo, os quedais con el suyo.
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