viernes, 8 de enero de 2016

Mi inspiración

Desde la esquina de la habitación  sostenia un cigarro en la mano izquierda, cada dos o tres minutos lo miraba como intentando descifrar porqué algo tan pequeño hacía a la gente tan adicta, se lo ponía entre los labios y aspiraba toda una vida, despues, lo soltaba tan lentamente que incluso llegarias a creer que nunca lo había probado. Solía decir que el humo era como su musa, cuando lo soltaba hacia de él todo tipo de formas y entonces empezaba a escribir como un loco. Tenias que verlo con su pluma y casi sin parpadear, eso si que era una adicción. Como todo de él, sentado en aquella esquina creando historias para personas tristes. Ladeaba la cabeza ligeramente a la derecha y tenia la mania de morderse el labio inferior cuando terminaba una de sus historias, yo siempre he pensado que no eran versos lo que creaba, era magia. Callado, con un corazón roto a cuestas y el insomnio como compañero de viaje, siempre rodeado por un poco de poesia. Él era mi adicción, lo miraba, calada tras calada, haciendo de mí su inspiracion, viviendo de comida precalentada y en habitaciones de hoteles mientras el escribía y yo redactaba la historia de como nunca te puedes enamorar de un poeta o correras el riesgo de que te haga eterna.

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