sábado, 26 de marzo de 2016

Dos Cervezas ¡por favor!

Todavía me duele, pero me invita a cervezas y baila conmigo alguna de mis canciones favoritas, no se hace el valiente, pero tiene cierta tendencia a usar máscara y convertirse en mi héroe, dice que en estos dias las calles están  muy peligrosas, tiene miedo de que alguien me asalte a atraco o beso. Nunca dice que me quiere, me lo escribe en aquellos versos que nunca saldrán a la luz, aquellos versos que nunca leeré. Me asalta con mil preguntas sobre la existencia del amor eterno, de porque tengo que ponerle a todo un nombre y usar en la mayoría muchas vocales, que porque no le dejo simplemente invitarme a algunas cervezas, también dice que porque no paro de repetirle que necessito que diga que soy suya y siempre sentirme mía. Yo le digo que me da igual que se pasee entre faldas mas cortas que la mia, mientras sepa que no soy yo la que le va a decir que siga, que me escriba algunos versos mientras me tomo la última en el bar mas caro del centro. Todavia me duele, me duele leerle entre los ojos de esa rubia que lleva más de dos horas intentando ser su musa, sin saber que él, la poesía, la usa para enamorar a personas tristes y escribir sobre lo bonito de los corazones rotos. Qué nunca fui su musa, por si lo preguntas,  solo fui otra niña triste, con el corazón roto y  ganas de cerveza.

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