Desde aquí, veo a una madre explicandole a su hijo pequeño que no esta bien molestar a la niña que le gusta, que no le tire de las coletas, que le regale besos y le diga lo bonita que esta con ese vestido rojo que siempre lleva al colegio. El hijo la mira con los ojos muy abiertos y le dice que no es momento para jugar con las niñas, que él quiere divertirse, jugar en el barro, hacer locuras. Desde aqui, escucho a una chica con un vestido rojo contarle a su amiga que conoció a un chico, y no un chico cualquiera, al amor de su vida, se lo explica con una sonrisa rompecorazones, y unos ojos que podrian iluminar las calles de Barcelona un viernes por la noche. Dice que le hace reir, que no es poco, que le llama pequeña cuando, ha su lado, se siente la mujer mas grande del mundo, que se conocieron en un bar de las ramblas por un amigo de un amigo tomando unas cervezas y compartiendo algunas anécdotas. Desde aquí, veo a una pareja joven, van peleando sobre a quien le toca hacer la cena hoy, él le dice que salgan esta noche a aquel bar donde se conocieron, ella le contesta que esta cansada, que ya habra tiempo para salir y bailar, solo quiere una noche tranquila, como aquellas de besos, caricias y una película que nadie veia, ella lleva un vestido rojo precioso. Desde aquí, veo a una pareja con niños, van riendose sobre como uno de los pequeños se ha enamorado de una niña de su classe pero esta no le hace caso, el padre le dice que disfrute, que juege en el barro, ya tendra tiempo para el amor. Desde aquí, veo a una pareja de ancianos, van cogidos de la mano y hablan sobre ir a aquel bar en las ramblas donde se conocieron, se sonríen como si supieran un secreto que el resto del mundo desconoce, y qué bonito, él la mira como si su niño interior ya no buscara al amor de su vida porque ya lo ha encontrado, y ella, ella sigue con su vesido rojo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario