Suena mi móvil y sé que es un mensaje de él. Son las tres de la mañana del segundo sabado que no compartimos cama y el telefono no para de sonar. No ayuda a que últimamente el insomnio juege con mi cabeza y me diga que no puedo dormir, que seguramente estaras bailandole el agua alguna chica con la falda deasiado corta y rubia. Mensaje, siempre de él, "Me ha dicho la luna que no paras de gritar mi nombre, vamos abreme, sé que no estas dormida". He dejado de prometerme para siempres desde que se convirtió en portazo, y no volvio a llamar a mi puerta. He jurado no volver a escribirle, pero si lo vieras, hasta tu que no lo conoces te darian ganas de dedicarle algunos versos. Otro mensaje, son como las cuatro, cinco de la madrugada. "Se que he bebido de más y no puedo culparte, pero te culpo por todos los cristales que sonaron cuando decidiste convertir lo nuestro en una historia de a uno, abreme vamos, sigues jugando con nuestros recuerdos". He podido dar como diez vueltas en nuestra cama y todavia huele a él, he caminado por nuestra casa de ida y vuelta y todabia estan sus pantalones favoritos tirados en el sofá, su camisa la tengo puesta yo, es mi favorita, lleva la marca de mi pintalabios en el cuello. Mensaje "Seis o siete cervezas y todavía veo claramente tus ojos marrones, no puedo vocalizar bien, pero lo unico que consigo decir es que me traigan mas margaritas, nunca olvido que son tus flores favoritas, vamos abreme, estas siendo una puta loca". No sabe lo loca que puedo llegar a estar por él, pero las últimas flores que me regaló, me dijeron que no, que no somos posibles "eres un jodido borracho, guarda las flores, me quieres?".
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