La historia más bonita que conozco me la relató mi abuela cuando tenía unos once años, contaba la particular historia de cómo conoces al amor de tu vida y tienes que luchar por él con uñas y dientes. Todavía sonrío al recordar como sonreía mi abuela cuando hablaba de aquel chico que un dia le robó el corazón.
Digamos que se llama Lucía. Lucía ha vivido siempre de las historias que le contaba su abuela de pequeña, de cómo nunca tienes que dejar de buscar al amor de tu vida, de cómo ese amor lo arrasa todo y te deja sin respiración. Lucía ya no busca, ha aprendido que algunas historias son más bonitas desde diferentes puntos de vista. La suya es diferente, la suya no va de encontrar al amor de su vida, ella lo encontró y él se fue. Ahora vive de chicos con arritmias en el corazón y una facilidad brutal para respirar.
Supongamos que éste es Alex y tiene arritmias en el corazón. Alex sabe de buscar y no encontrar, de pelear y perder, de aferrarse a algo que ya no está, de quemarse con el clavo y seguir pensando que no quema tanto. Alex a conocido a esta chica desde el instituto, ella no paraba de contarle esas historias cursis que le recitaba su abuela antes de irse a dormir, de cómo el amor es algo que te salva, ella no paraba de sonreír. Todavía recuerda las pequeñas arrugas que se le formaban cuando reía.
Digamos que Lucía y Alex se conocen desde niños, qué han crecido juntos en un pueblo a las afueras de Barcelona, qué los dos van a la misma universidad y han visto como todos sus seres queridos han encontrado su final. Felíz o no, siempre ha sido una historia bonita de contar. Su amigo Mario qué conquistó el mundo de Alicia, aquella chica Sofia que juró solo sonreír a Carlos y la historia interminable de Claudia y Hector todavía buscando su lugar.
Supongamos que Lucía y Alex son dos historias sin punto y final. Ella cree en un felices para siempre, ella quiere un amor como el de su abuela, de cartas y flores, de no poder respirar y que se acelere el corazón. El cree que los cuentos no pertenecen a la vida real, que tiene arritmias en el corazón y está enamorado de una chica que tiene demasiado idealizado el amor por aquellas historias que le contaban cuándo era pequeña.
A los once años jugaba con los niños al fútbol, no me fijaba en las chicas y no quería saber nada del amor, ni siquiera sabía lo que eso significaba, despues llegó ella, con esa risa contagiosa y mil historias sobre encontrar el amor de tu vida.
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