Cuando te sonreía, dejabas tu mundo y te volvias loco en el suyo.
Soy Mario, sí lo sé, mi historia ha tenido un final felíz, pero antes de todo, hubo un principio, un hola me llamo Mario y estudio para ser un buen abogado, qedaron noches de insomnio porque te habían roto el corazón y largas tardes de cervezas y risas.
Hubo una noche en concreto Alicia, creo que fue esa noche, me volví loco por tu mundo. Llegabamos tarde a la fiesta de cumpleaños de una de tus mejores amigas, yo no quería ir, pero nadie puede resistirse a una sonrisa tuya, llegamos y la gente ya iva etílica, necessitabas emborracharte y olvidarte de ese rompecorazones con el que salías. Pedimos cuatro chupitos de tequila y bailamos todas las canciones que el dj ponia, se te acercaban los chicos, te pedían el teléfono y tu los rechazabas con una sonrisa.
-"No gracias, hoy tengo todo lo que quiero". Yo sonreía como un tonto porque me elegias a mi antes que a ellos. Después las copas siguieron, mas chupitos, tres cervezas, ya no recordaba ni mi nombre, el tuyo si, siempre lo recordaba.
Nos fuimos a casa a eso de las seis de la mañana, borrachos y riendonos de tonterias, me explicabas que ya no te dolía, pensar en él ya no te causaba arritmias, que era otro quien te las provocaba.
-"Quien es ahora Ali? Quien te provoca arritmias". Ella me respondió con la mirada, sabía lo que iva a decir.
-"Tú." Y luego me besó. Nos conocimos más esa noche, descubrí mi lunar favorito en su cadera, una risa distinta para mi colección, su nombre en mis labios, cosquillas en el cuello y un tatuaje en las costillas.
Nos dormimos sobre las ocho de la mañana, al día siguiente no estaba, no volvimos a hablar del tema, hicimos como si nada.
Hace unos meses me volvió a sonreír como en aquel bar, sabéis la historia, quise conquistar su mundo, su sonrisa y a ella.
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