Siempre llego tarde, a donde quiera que vaya, a una fiesta, al colegio, desde que sé que el tiempo es tiempo, he llegado tarde toda mi vida.
Pero llegas tú, te sientas en la barra del bar como si la vida no fuera deprisa y la gente se estuviera acostumbrando a llegar tarde, pides dos cervezas y el camarero te pide que esperes, tu le sonríes, parece que no te importa esperar.
Y tranquilo, estas tranquilo mientras tu acompañante no llega y el camarero sige sin servirte, miras pasar el tiempo como si el tiempo no importara y de golpe, te cruzas con mi mirada.
Y mi tiempo se detiene, se congela, me pregunto si serás de esos que lleva toda la vida esperando a su alma gemela, si llevaras tu libro favorito para las horas muertas, me pregunto quien será tan tonta como para hacerte esperar.
Y ahora quiero que todo vaya despacio, que el tiempo nos de una tregua, quiero que me invites a esa cerveza, que me beses como si influyera en algo a nuestro futuro, quiero llegar a tiempo a ti.
Pero siempre llego tarde, desde pequeña he llegado tarde a todos los sitios, el camarero ha servido la cerveza, ella ha llegado y tu le has sonreído.
Supongo que vuelvo a llegar tarde.
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