Para el dolor, tomó la mano de otra.
Se despidió de mi con un 'hasta luego' y un beso en la frente, con la mirada de alguien que sabia, no iva a volver.
Lo veo, de vez en cuando lo veo cruzar una calle, sonreirle a una chica guapa, hablar por el móvil, o rieir de cualquier cosa que le hayan dicho.
De vez en cuando me lo encuentro por la noche, cuando la ciudad duerme, y solo me apetece bailar con él.
Pero ahora, me han dicho que está tomando medicación, la risa de otra, que acarrea con un corazón roto, que usa muchas vocales y a empezado a beber cerveza.
Ahora que no está, le regalo la vida a cualquiera que sepa pronunciar mi nombre, que no se despida con un 'hasta luego' en la mirada, que se vaya y diga adiós.
Que yo, solo espero un nombre y para el dolor, está tomando la mano de otra.
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