Tenemos dos opuestos exactamente iguales, un corazon roto y otro con una barrera, la mirada de un niño pequeño y la sonrisa de una niña traviesa. El amor y la locura de ambos.
Sofia esta en casa de un Hector distante, ha llegado tarde a su cita y han decidido quedarse en su apartamento. Ya no es como al principio, no rien, apenas se miran y nisiquera se han besado. El teléfono de Sofia suena dos vezes, deja que salte el contestador, mira a Hector y le sonríe, se acerca y lo besa.
Digamos que Hector se deja besar por Sofia, todavía está asustado por todo lo que ha pasado con Claudia, la quiere, pero tiene miedo de volver a caer, de volverse adicto. Se deja besar por Sofia y sige poniéndole los ojos y piernas de su ex, se va a volver loco un día de estos piensa, y se ríe, loco ya esta.
Sofia lo intenta, pero el teléfono no para de sonar, tres mensajes y cuatro llamadas perdidas todas de Carlos. Vuelve a llamar. Digamos que esta vez responde.
-Donde estas? Sigues escapandote de mi preciosa, me he desperdo sólo esta mañana. Sofia mira a Hector, esta bastante distraído con el móvil y siente que lo a perdido.
-Estoy visitando a un amigo, tenía que aclarar unas cosas. Sofia no miente del todo, le dice que después se ven y lo cuelga.
Supongamos que Hector esta distraido con el teléfono, Claudia no le contesta las llamadas y esta perdiendo la cabeza. No escucha cuando Sofia le confiesa que lo suyo no funciona, que necessita irse y aclararse. Hector la entiende y le desea que todo le vaya bien.
Carlos se ha despertado sólo y echando de menos la sonrisa de esa niña loca que le tiene robado el corazón. La ha llamado cuatro vezes y cuando ha contestado le ha prometido verse mas tarde. Digamos que Carlos esta preparando el desayuno cuando Sofia estra por la puerta, le sonríe y le pregunta como le ha ido con su amigo. Ella le contesta que cree que en un tiempo volverán a estar bien.
-Sonríe sólo para mi preciosa, no necessito nada mas. Un Carlos muy seguro le promete amor del bueno, ese que te vuela la cabeza y te vuelve loca. Sofia se lo cree, otra vez, y como una tonta le vuelve a sonreír, sólo a él.
Supongamos que después de una noche bailando en una cama de noventa, Carlos está cansado, esta vez, es ella la que le pide que sonría, solo a ella, le promete amor del bueno, de ese que te vuela la cabeza y te vuelve loco, que la crea cuando le diga que no se va a escapar. Carlos sonríe.
Cuando dos opuestos exactamemte iguales se cruzan, el amor nace y crea a un niño pequeño con un corazón y una armadura y a una niña traviesa con el corazón roto. Se crea amor del bueno, ese que te vuela la cabeza y nos vuelve locos.
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